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El sector agrario ha sido la principal actividad económica hasta la reapertura de las explotaciones mineras. La agricultura más productiva se localizaba en los alrededores del pueblo, donde se cultivaba, en régimen de autoconsumo, cereal, hortalizas y olivos. En la actualidad, tras la crisis minera, se ha producido una transformación radical de su espacio agrario.
Proliferan los pequeños comercios, de carácter familiar, destinados sobre todo a la alimentación, muy diseminados en el núcleo. Los escasos comercios especializados, generalmente minoristas, y las tres entidades financieras existentes se agrupan en el centro, en torno a la Plaza y al Ayuntamiento. Encontramos pequeños talleres de mecánica y carpintería metálica ubicados en las márgenes de la carretera C-421 y una cooperativa textil de mujeres dedicadas a la confección y que tiene por cliente a unos grandes almacenes.
La creación de un pequeño polígono industrial en la carretera comienza a dar sus frutos, con la instalación de algunas pequeñas empresas de la comarca, atraídas por las condiciones favorables y por la existencia de suelo industrial barato.
La Junta de Andalucía, poderes públicos locales, sindicatos y la propia empresa minera comienzan a plantearse posibles salidas a la situación de crisis y promueven las nuevas bases para el desarrollo local y comarcal de la zona. El Campillo y toda la cuenca minera es declarada como Zona de Acción Especial y se crea el Plan Económico de Riotinto. Fruto de los acuerdos, se establece un Plan de Inversión, basado en la incentivación de la inversión privada y en la captación de recursos. Estos trabajos han culminado con la implantación en El Campillo de una industria de derivados del plástico, con una inversión de casi mil millones y que genera la creación de 80 puestos de trabajo directos. Con ello se sientan las bases para la diversificación económica de la zona.
El Campillo, por su condición de dependencia de la mina, participa de forma activa, desde el primer momento, en la diversificación económica del tejido productivo comarcal, apostando por la continuidad de la minería, aunque solicitando el desarrollo de nuevos sectores productivos, hasta el momento impensables en la zona. Son los casos del sector agrícola y de la implantación de industrias de transformación, que han supuesto el precedente para el desarrollo de nuevas empresas.
Turismo
También el conjunto de la cuenca minera ha cobrado un incipiente desarrollo de prácticas turísticas. En este sentido, y a pesar de que El Campillo no cuenta con un destacable patrimonio histórico artístico, sí posee entre sus infraestructuras locales el espléndido Parque de los Cipreses, que en los dos últimos años ha experimentado una importante renovación, reacondicionamiento, embellecimiento y mejora de acceso. Con ello se da cabida y servicio a los numerosos autobuses que diariamente se dan cita, y que encuentran en este paraje uno de los lugares más adecuados para pasar algunas horas de esparcimiento y relax, aprovechando los servicios recreativos y de restauración creados a propósito. De esta manera, El Campillo se ha convertido en un punto importante de recepción de visitas.
Asimismo, su rico patrimonio minero está siendo revalorizado en forma de senderos y rutas turísticas por la comarca.
Agricultura extensiva
La agricultura a gran escala se está desarrollando a pasos agigantados en el municipio, que cuenta en la actualidad con miles de hectáreas dedicadas principalmente al cultivo de árboles frutales.
La existencia de una larga serie de observaciones termométricas con más de 100 años de registros diarios, y que se completan con estaciones adyacentes, describen la existencia de un microclima favorable donde el régimen de heladas no se presenta como limitador en cuanto a la duración y frecuencia de éstas. Este factor esencial, junto a la elevada disponibilidad de suelos y las condiciones ventajosas de financiación, a través de subvenciones existentes en la zona, fueron factores determinantes para que, técnica y financieramente, El Campillo fuera la localización idónea para la plantación de cítricos más grande de Europa.
Además, ya existen proyectos inmediatos ligados de forma directa a este nuevo sector hortofrutícola, como son la construcción de una central de envasado y transformación de productos, que se espera llegue a manipular cerca de 100.000 toneladas de fruta, y la construcción de un insectario y laboratorio de experimentación destinado a la lucha biológica contra plagas y a un tipo de producción integral muy demandado en la Europa comunitaria.
Estos proyectos, algunos hechos ya realidad, abren la puerta de la esperanza a un pueblo minero que encuentra ahora en la moderna agricultura una alternativa a la crisis de la minería.
Nota:
Fuente: 'Pueblos de Huelva', publicado por el diario 'Huelva Información'.